La infanta Sofía sigue la estela de la infanta Cristina: los conflictos que vivió su tía al elegir universidad

Tras un largo debate familiar, la hija menor de los reyes estudiará Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en una institución internacional privada

Una vez que la infanta Sofía finalizó sus estudios en el internado de Gales, donde ha cursado los dos últimos años, la incógnita era saber su futuro académico. Si tenía intención de continuar el aprendizaje tras el verano o habría elegido tomarse un año sabático, como han hecho algunas princesas europeas. En el caso de elegir la primera opción, la duda que se planteaba en los medios era si se matricularía en una universidad privada o en una pública.

Un centro fuera de España no se barajaba. Las quinielas estaban centradas en si seguiría el camino universitario de su padre en la Complutense. Una vez que el príncipe Felipe terminó su formación militar, se decantó por la carrera de Derecho, con asignaturas complementarias en Economía, en la facultad de Derecho en ese campus público. Su hija, ni una cosa ni la otra.

Desde el palacio de Zarzuela comunicaban esta semana oficialmente el futuro académico de la infanta Sofía. Cursará el grado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Forward College. Se trata de una institución internacional y privada que tiene varias sedes en Lisboa, París y Berlín.

Según la información publicada por Nuria Tiburcio en Vanitatis de fuentes cercanas al palacio, “ha sido una decisión difícil, tomada tras un debate muy largo entre los Reyes y la infanta”. La explicación a la anterior afirmación podría tener varias interpretaciones. Y una de ellas se ha mantenido por encima del resto: la infanta Sofía, tercera en la línea de sucesión, quiere independencia.

Y esto no es nuevo en la familia Borbón-Grecia. Antes que la hija menor de los reyes decidiera sobre su vida, la infanta Cristina marcó sus reglas. Hubo un cisma familiar, como aparece en el libro ‘La infanta invisible’ (Ediciones B), cuando la hermana de don Felipe se alejó de los planes que había marcado don Juan Carlos y doña Sofía.

Querían que estudiara una carrera “de chicas”, como era Filosofía y Letras, en un primer curso poco conflictivo. Hizo todo lo contrario, se matriculó en Políticas y Sociología, que era la facultad más activa en reivindicaciones de todo tipo y asambleas continuas. Los alumnos más radicales llegaron a convocar reuniones informativas sobre la llegada de una infanta a las aulas de una facultad eminentemente republicana.

La infanta Cristina, hace unos años, en una graduación de la Universidad Complutense de Madrid. (EFE / Ballesteros)

Las pintadas la recibieron el primer día. Desde “abajo la monarquía opresora” a “fuera los Borbones de la universidad”, pasando por las más agresivas —”muerte al Borbón impuesto por el dictador“— o incluso más ocurrentes como: “No queremos infanta de naranja ni infanta de limón”.

Estos conflictos entre los estudiantes se fueron diluyendo con el tiempo. Lo que más preocupaba era la seguridad, y sobre todo la posibilidad de un atentado. Durante los años que permaneció en la universidad, ETA estaba en activo y perpetraba secuestros y asesinatos. El día que España amanecía con una nueva tragedia, se reforzaba la seguridad, que pasaba de cuatro a quince personas. La infanta continuaba con su agenda y acudía a clase.

Solo dejo de asistir durante un tiempo cuando se descubrió el intento de secuestro que se iba a realizar en la misma facultad de Políticas. ¿Qué habría ocurrido si la hija del jefe del Estado hubiera sido moneda de cambio de los terroristas? Parte de esta información la publicó el periodista José María Zabala.

La reina Letizia, la infanta Sofía y el rey Felipe, en la graduación de la pequeña de la familia. (Gtres)

De esa etapa universitaria de la infanta hubo muchas anécdotas. Una de ellas tuvo la clase del profesor Moya como protagonista. Día de examen trimestral con la infanta Cristina entre el alumnado. Uno de los profesores que vigilaba se acercó a una chica que tenía la hoja en blanco después de tres cuartos de hora de examen y, para animarla, le dijo que escribiera lo que fuera, pero que escribiera. Lo último que se esperaba el ayudante fue la respuesta: “No soy alumna, soy policía y escolta de la infanta”.

En otra ocasión, un profesor republicano, Raúl Morodo, no calificó a la alumna Borbón como ella creía merecerse. Pidió examen oral y el catedrático no tuvo más remedio que puntuarla con un sobresaliente. La infanta Sofía no tendrá estos problemas que sufrió su tía. Estudiar fuera de España ha sido su opción.